jueves, octubre 26, 2006

Sólo te pido...

No sé si lo han notado. Con esta explosión mediatica y la masificación de las mentes, los usos y costumbres de la sociedad han adquirido una increíble connotación del sufrimiento y el martirio.
Más de uno de los que leen estas líneas han tenido seguro que lidiar con el tema de las oportunidades. Algunos las piden. Otros las dan. Otros ni lo uno ni lo otro.
Cuando alguien tiene la necesidad de PEDIR una oportunidad, se dan unas curiosas situaciones:

- El "poder" lo tiene, efectivamente, el que recibe la petición, y con su decisión generará una nueva relación entre las partes. Quien te pide una oportunidad, te pide confianza, confianza que tu razon, inteligencia, sabiduría y, por qué no, emociones, no te permiten sentir por esa persona. Quien te pide una oportunidad te pide que dejes de lado tu juicio y confíes.

Abro un paréntesis sobre la confianza...
Muchos somos los que pregonamos el "no confío en nadie", pero si nos ponemos a hilar fino, salta a la vista lo hipócrita de esa declaración.
Cada día, confiamos ciegamente, por ignorancia o por omisión, en milles y millones de personas que no conocemos. Confiamos ciegamente en cada uno de los empleados del servicio de agua potable. Confiamos en cada persona al volante que detiene su vehiculo para que nosotros podamos pasar. Confiamos en toda la cadena de "calidad" de cada alimento que llega a nuestras mesas. Confiamos en los fabricantes textiles, los arquitectos, los taxistas, los bancarios, los cerrajeros, los médicos, los controladores de vectores, etc etc etc. Confiamos porque es la unica manera de vivir tranquilo y la unica manera de vivir en sociedad.
Cada voto de confianza, deposita sobre una persona la capacidad de preservar tu vida... o quitártela. Es darle la espalda a alguien sabiendo que bien podría acuchillarte, pero 'sabés' que no lo hará, o al menos... confiás en que no lo haga...
Otro día me explayo sobre el tema, volvamos a las oportunidades:

- Generalmente, entre la persona que pide la oportunidad y el que la otorga (o no), es esta última quien tiene las de perder si el primero no llegara a cumplir con su parte. Es extraño esto, puesto como dije en el primer punto: el poder lo tiene quien decide si dar o no dar la oportunidad

- También sucede que si alguien tiene que PEDIR es porque no se lo ha GANADO. Cuando se recurre al humillante acto de arrastrarse para pedirle a alguien una oportunidad, es porque ya se ha fracasado. A veces por un error irremediable. A veces muy dificil de enmendar. Es muy popular verse humillado en esta situación, especialmente si se consigue lo que se buscaba sin mayor esfuerzo que el degradarse a si mismo. El que pide SABE que no se merece la oportunidad, se le debe dar por... piedad, errare humanum est, enriquese tu alma, oh, fría y despiadada persona, y dale una oportunidad a este hombre arrepentido.

- Nunca está bien visto negar la peticion de una oportunidad. Porque tampoco está bien visto cuidar los propios intereses, tu corazon, tu integridad física, tu reputación, tu tiempo, tu empresa, tu familia, tu futuro...

El concepto de oportunidad se ha transformado en una especie de fruta prohibida, y como tal, genera perversos vicios a quienes abusan de ella.

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